Como un día
cualquiera, entré en Twitter, hice lo que hacía normalmente. Entré en mis
interacciones y una chica me había seguido. Me interesé por ella. La seguí y,
al poco tiempo, hablar con ella se convirtió en un hábito.
Empecé a
sentir cosas que los amigos no sienten. ¿Se puede llamar amor? No lo sé, solo
sé que esos sentimientos eran muy fuertes. Pensé que era buena idea decirle lo
que sentía, así que me armé de valor y se lo dije: ME GUSTAS. En efecto, fue
una buena idea decírselo. Yo también le gustaba a ella.
Es aquí
cuando aparece la famosa Ley de Murphy. Cuando algo va muy bien, hay algo que
puede chafarlo. Y así era. El único problema que había es que ella tenía novio.
Pero sus sentimientos hacia mí eran más fuertes que los que tenía hacia su
novio, así que decidió dejarlo con él y empezar conmigo.
Se me
olvidaba mencionar otro problema: La distancia. ¡Puta distancia!
Cuando reuní
el dinero suficiente para ir a visitarla surgieron algunos problemas. Me llamó
y mencionó esas terribles palabras que a nadie le gusta oír: “Tenemos que
hablar”. Obviamente me preocupé, tenía miedo a que esta “relación” se acabara.
Me dijo que
los sentimientos hacia su ex pareja habían vuelto. Ese fue el final de esta
corta aunque bonita relación.
Se podría
decir que ahora estoy bien, aunque mi odio hacia ella sigue latente. Una vieja
amiga me ha estado ayudando y apoyando.
Ya me siento
mucho mejor.
Gracias por
leerme ;)
Pues yo sinceramente creo que de buena te has librado. Hazme caso y pásate al lado oscuro XDD
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