sábado, 9 de agosto de 2014

Diario de Mario, 10-08-2014 NUESTRO MUNDO

El azul baña las paredes de la habitación. La luz que entra por la ventana mezcla ese azul con un tono amarillento creando una sensación verdosa. ¿Por qué no hay cama en esta habitación? Estoy sentado en el suelo esperando. Respiro. Suspiro. Miro el reloj. No llegas. ¿A quién espero? Me dirijo al espejo que hay en una de las cuatro verdosas paredes. No soy yo el que está al otro lado del espejo. Nuestras miradas se cruzan, pero no consigo recordar tu cara. ¿Por qué no llegas? Llevo mucho tiempo esperándote. Tú callas, yo me desespero. Estoy saliendo de la habitación.

En la calle los rascacielos se alzan por encima de las nubes, rosadas por la luz que desprende el sol muriendo. Por mucho que recorra las extrañas calles de esta extraña ciudad no te encuentro. No sé si sabes que voy en tu búsqueda. No te dejas ver. ¿Por qué no hay nadie por la calle? Parece como si sólo estuviera yo en esta ciudad.
Estoy dispuesto a moverme por cada rincón para verte. No creo que seas consciente de lo que has causado en mí. No puedo estar sin ti ni un solo minuto. ¡Ven a mí!

¿Qué es esta habitación? ¿Y la ciudad? ¿Ha sido todo una trama de mi imaginación?
Ya lo entiendo... estábamos en nuestro mundo, por eso me encontraba sólo. Entonces ya he vuelto. Estoy aquí, sin embargo, tú no. 
Esta noche te he echado de menos. Ya es hora de despertar.

martes, 5 de agosto de 2014

Diario de Mario, 05-08-2014 SOÑADORES

¿Por qué? Yo sólo quiero dormir y soñar. Soñar contigo y con esa habitación de hotel en la que llevábamos a cabo nuestros deseos. Soñar con las sábanas rozando nuestros cuerpos mientras los dos nos escapábamos de la realidad. Esta vez apagaré todos los despertadores y evitaré cualquier ruido que pueda despertarme, para estar contigo el mayor tiempo posible. Para que todo el tiempo sea como la primera vez.

Soñar. Quizás sólo quiera soñar porque no soy capaz de mostrar en la realidad lo que sueño. Lo que quiero hacerte realmente. Lo que te quiero. 

Esperando. Quizás sólo estoy esperando a que seas tú el que se lance, o quizás seas tú el que también sueña con esta misma habitación de hotel y con ese mundo irreal el cual hicimos nuestro mundo, en el que sólo nosotros tenemos la entrada permitida.

Tú, mi acompañante utópico, vuelve a mi sueño. Mis sueños ya no son lo que eran si no ocurren contigo. Quiero volver a rozar tu espalda con mis temblorosas manos, pero esta vez siendo consciente de que estoy en el mejor de los sueños. Pero esta vez mirándote a los ojos para reconocerte cuando te vea en la vida real. Pero contigo y con nadie más. Tú y yo, inmersos en un sueño profundo del que nunca desearíamos despertar.

Quiero soñar para creer de verdad que algún día seremos algo más que conocidos. Algo más que unos simples soñadores.